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Conocimos a esta simpática pareja en Victoria, Argentina |
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Estrenando la hamaca que le trajeron los Reyes Magos |
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Ale con sus dibujos. |
Estábamos en Fray Bentos. Era el momento exacto en que
comenzábamos nuestro viaje hacia Argentina, Chile,… Le dimos a la llave de
contacto y sonó un “Clic Clic” siniestro y el motor sin arrancar. ¡Uff! Alarma.
Al instante preguntamos por un taller mecánico. Estaban a tope, viernes y
temporada alta, no cabían los coches en el garaje. Segundo taller, lo mismo,
pero nos mandó a casa de Carlos Gómez, electricista particular que arreglaba
los autos en la calle. Su madre nos dijo que se había ido a Montevideo, volverá
el lunes;. Fuimos a otro taller y resultó que su electricista era el tal Carlos
Gómez. Vaya panorama. Se nos ocurrió volver a uno de los talleres anteriores y
le propusimos al jefe que yo sacara el motor de arranque de la furgo en la
calle, y luego él lo revisaría y repararía. Buena idea, nos dijo. Pero antes de
meternos en harina le pedí que, por favor, echara un vistazo rápido para
descartar que fuera una tontería. Abrió el capot, conectó el voltímetro a la
batería y al instante se dio cuenta de que el borne estaba flojo. Lo apretamos
y la “Hippie” volvió a rugir como si nada. ¡Vaya faena! Resulta que cuando
conecté la batería después de ocho meses parada en el garaje, con las prisas,
puse el borne apretado con la mano de forma provisional, después se me olvidó
dar el apretón oficial con la llave inglesa. ¡Hay que ver qué mal rato!
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Intentando abrir la cerradura estilo "delincuencia" |
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Ganzúa profesional |
OTRO MAL RATO
¿Os acordáis de aquella vez en Angola que cerramos la furgo
con las llaves dentro? Pues otra vez hemos repetido la jugada. Estábamos en un
lago cerca de Mendoza, Argentina. Me pongo el bañador dentro de la “Hippie”,
salgo, pongo el seguro y cierro la puerta con las llaves dentro. Las de Ale, en
su bolso, también dentro del vehículo. GRAN FAENA.
Sabiendo que la vez anterior en África abrí el portón
trasero con una navajita, nos lanzamos a buscar por el suelo alguna chapa o
alambre para forzar de nuevo la cerradura como los chorizos de coches
profesionales. Alegría encontró un tenedor que podría valer una vez “tuneado”
(véase foto). Efectivamente, bastaron unos cinco minutos de “masaje” y la
puerta se abrió. ¡Uffff, qué mal rato! Que conste que tenemos una llave
atornillada por la parte interior de la aleta, especial para estos casos. La
pega es que para recuperar esa llave hay que buscar o pedir una llave inglesa y
un alicate. Con la experiencia de Angola nos olíamos que la opción del tenedor sería
más rápida.
Conclusión: estamos muy chochos para estos ajetreos. Como
vengo diciendo desde hace años, lo nuestro deberían ser los viajes del IMSERSO.
Pepito, "el borne estaba flojo", una frase histórica!
ResponderEliminarBuen viaje y mucho ojo con dejar el borne flojo o no poner atención en apretar el bulón...
Abrazos
Hola Julio. Mírate el apartado "Incidencias mecánicas" dentro de la pestaña "INFORMACIÓN PRÁCTICA". Te gustará. Abrazo.
EliminarMe muero de la risa! No se os puede dejar solos. El post es genial y las fotos perfectas para el relato. Muchísimos besos!
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