En Panamá aprovechamos que las ruedas eran baratas. Ya tocaba poner neumáticos nuevos. Los viejos los pusimos en Etiopía |
Este hombre tocayo mío era pescador en un lago de El Salvador. Ahora está jubilado, como yo, y los jubilados ya se sabe, nos enrollamos como persianas. |
Lago Atitlán, Guatemala. Paisajes espectaculares. |
Atravesar Centroamérica tiene sus incertidumbres. La
situación política en Nicaragua es una de ellas. En Santa Ana, El Salvador, por
ejemplo, no pudimos acampar en el parque municipal que habíamos elegido, porque
el día anterior habían asesinado a dos policías a 100 metros de allí. Muchos viajeros como nosotros,
que viajan en vehículo propio, embarcan su autocaravana en Cartagena, Colombia
con destino Veracruz, Méjico, para no transitar por los inestables países centroamericanos.
Nosotros los hemos visitado todos y no hemos tenido ningún
problema. Bien es cierto que hemos ido con velocidad porque la demora en el
embarque de la Hippie de Colombia a
Panamá nos redujo el tiempo restante de viaje.
Estuvimos 5 días en Panamá
6 días en Costa Rica
2 días en Nicaragua
1 día en Honduras
5 días en El Salvador
19 días en Guatemala y
3 días en Belize
Un aspecto destacado de Centroamérica es el calor. Ya desde
el caribe colombiano hasta Méjico, hemos estado sudando contínuamente. Tan sólo
refresca algunas horas por la mañana. Dos meses y medio de canícula tan sólo
interrumpida durante los días de montaña en Guatemala. Cosas del viaje.
San Marcos, Lago Atitlán, Guatemala |
San Lucas Tolimán, lago Atitlán, Guatemala. |
En Guatemala se unieron a nuestro viaje Sofi y Romane. Seguiremos juntos hasta Méjico. Allí Ale y Yo volaremos a España; ellas se quedarán. |
Cambiar el neumático no será problemático, si se hace con un desmontable autoajustable...
ResponderEliminarY el recauchutado, que era práctica habitual en los cincuenta, ya no sale a cuenta?
Pues resulta que el pinchazo lo apañó el muchacho con un parche de los de toda la vida. En otros lados lo hacen de otra manera más moderna.
ResponderEliminarYo prefiero el parche SAMI, el de la cajita metálica azul con el que arreglábamos los pinchazos de nuestras bicis.