lunes, 20 de mayo de 2019

39 CENTROAMÉRICA II

El famoso mercado de Chichicastenango. Guatemala.
Desayuno. Chichicastenango. Guatemala.
Don Pedro a la izquierda. Cuida y explota el monte. Don Leonel a la derecha, ex-alcalde de Almolonga, Guatemala, nos dejó acampar en su propiedad. Dos personajes interesantes.
Estando en Guatemala no puedes dejar de visitar las ruinas mayas de Tikal. A diferencia de las de Méjico, las edificaciones aquí están construidas en vertical. 
Arco maya.

Al atravesar Centroamérica, 2600km 7 países, hemos tenido que lidiar con un montón de fronteras. Este es uno de los principales problemas de este tipo de viajes porque aparte del trámite en el departamento de Inmigración, por viajar con coche hemos de pasar por Aduanas.
A veces hay colas, a veces te topas con un funcionario con mala uva, a veces te piden una fotocopia que no tienes y resulta que no hay fotocopiadoras en las cercanías, pero lo peor de todo es que estás en manos de los oficiales, por tanto tienes que reírle los chistes o estar serio dependiendo del estado de ánimo del señor o señora. Por supuesto, al enterarse de que somos españoles te preguntan si eres del Madrid o del Barsa, eso es un clásico, y siempre hay que seguir la conversación como si realmente te interesara.
Entrando en Honduras nos topamos con un aduanero cuya hija iba a hacer un master a España. Nos enseñó en su móvil el nombre de la universidad para ver si era famosa. No habíamos oído hablar de ella jamás, pero le aseguramos que no se trataba de un timo, para que se quedara tranquilo y se dedicara a tramitar nuestra entrada en el país. Tuvimos que explicar con pelos y señales lo que debía hacer su hija al llegar a España, le explicamos lo que cuesta vivir en nuestro país, cómo debía organizar el transporte hasta la universidad privada, que estaba en Canarias, lo que costaba el alojamiento en habitación compartida, en definitiva, le hicimos un presupuesto detallado y un plan de viaje. Al final, la conversación nos retuvo una hora en la fronterita de las narices.
Hemos de decir que este fue un caso aislado. En el resto de pasos fronterizos tan sólo encontramos gente amable y eficaz. Aún así, las fronteras, cuanto más lejos mejor.
En Guatemala pasamos por un control que había establecido el Ministerio de Agricultura departamento de agricultura para mantener a raya la mosca mediterránea, que podría afectar a los cultivos de la zona. No se podía pasar con fruta ni hortalizas. Como nos quedaba una sandía y varios mangos nos los tuvimos que comer allí mismo, o iban a la basura. Más adelante, al entrar en Belice, nos pasó lo mismo, pero como habíamos almorzado un rato antes, no pudimos comernos la piña, los mangos y otros vegetales que acabábamos de comprar. Se los quedaron los aduaneros.
Volviendo al viaje propiamente dicho, os comentamos que hemos decidido visitar Belize. Estamos encantados porque después de vivir muchos meses en países de habla hispana, resulta exótico estar en un sitio con cultura, idioma y sabor británico tropical. Todo bien, salvo que nos acaban de robar dos móviles. Hemos cometido la torpeza de dormir en un hotel con la puerta abierta por el calor. Por la noche se ha metido un paisano y ha perpetrado la fechoría. Mal rayo le parta.
Picnic a pie de carretera.
Caye Caulker, Belize.
Caye Caulker, Belize.

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