domingo, 16 de julio de 2023

74 HA LLEGADO IRENE

En este bar/restaurante de un pueblecito de Montana nos atendió una "cow woman" de película (léase el texto)
 
Con la llegada de Luis y su novia Irene, se ha hecho necesario poner esta bolsa portaequipajes en el techo del coche. El espacio dentro es limitado. Echamos de menos la furgoneta.

Fantástica acampada a orillas del río Yellowstone, en Montana.

Irene, la novia de Luisito, aterrizó en Bozeman, Montana. Allí la recogimos. Nos acompañará en nuestro viaje a Alaska y después hasta California. Allí, en San Diego, comenzará a trabajar como investigadora en un laboratorio. Ale y yo estamos encantados con la nueva compañera de viaje.

ANECDOTA

En un pueblo pequeño de Montana decidimos cenar en el único sitio que vimos abierto, era el típico restaurante norteamericano, con cawboys de clientes y decoración rústica/estrafalaria con motivos rancheros. Estábamos los cuatro, Irene, Luisito, Alegría y un servidor. La camarera, que parecía la propietaria, se dirigió a mí, puso su cara a dos centímetros de la mía y me recitó lo que había de comer. Sin solución de continuidad, me uso sus pechos a dos centímetros de mi cara, la voz a tope de decibelios, los brazos en jarra:
-Y de postre tienes tarta de queso, tarta de chocolate, bizcocho de limón, etc...
Yo tenía una cara con mezcla de sonrisa y miedo porque no sabía si la mujer me iba a soltar un guantazo o me iba a dar un beso. Estuve a punto de pedir todos los postres por temor a una agresión, pero le eché valor al asunto:
-De postres hablaremos después de la hamburguesa, si le parece- respondí con un tic en el ojo.
Mis compañeros de aventuras se partían de la risa. Al final la mujer desapareció por la cocina y no volvió a aparecer. Yo encantado.
Sabor estadounidense en esta calle de un pueblo en Montana.

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