martes, 19 de enero de 2021

52 HACIA EL NORTE. FIN DE VIAJE

Luca, italiano, y Andrés, amigo de Javi, por la izquierda. A la derecha, Brahim, conocido de anteriores aventuras en el continente africano.

Después de llegar a la punta sur de Baja California, tocaba volver al norte por la misma carretera. Hay muy pocas posibilidades de retornar por una ruta diferente porque en la práctica sólo existe la Carretera Federal 1 que recorre todo el territorio de norte a sur. Salirse de ella supone circular por pistas de tierra en la mayoría de los casos.

A destacar un par de cosas durante este recorrido: 

1- Lo del avistamiento de ballenas nos gustó tanto que optamos por repetir la experiencia. Teníamos tiempo y, además, el precio nos pareció más que aceptable. Por 40 euros te transportan hasta el muelle, te dan un buen paseo en lancha fueraborda y, por supuesto, ves ballenas. Al llegar te esperan con un sandwich y un refresco. Mañana redonda.

2- El día anterior a llegar a Ensenada, mi hijo Javi quedó con un amigo suyo que, por casualidad, estaba en Baja California procedente de California-USA. Resulta que apareció con dos amigos que conduciendo sendas furgonetas viajaban hacia el sur. Uno de ellos, Brahim, señalando nuestra "Hippie" me dijo:

-Esa furgo la he visto yo antes.

-¿Si?¿Dónde?- Respondí

- Yo juraría que la he visto en África. ¿Habéis viajado con ella por África?

- Si. Hace años. 

-Pues estoy seguro de que la he visto en "Chez Alice", en Lomé, Togo.

"Chez Alice" es el típico punto de encuentro, hotel/camping, donde van a parar todos los viajeros que pasan por esa parte de África.

-Eso fue en 2014. ¡No me digas que tú estabas allí!

-Pues si, yo estaba allí viajando en moto con unos amigos, y también coincidimos en Kribi, Camerún.

Brahim nos describió los lugares, las personas y los sucesos que ocurrieron entonces. Fue una sorpresa agradable el reencuentro con uno de los conocidos durante aquel viaje que Alegría y yo hicimos en 2014 desde España a Congo Brazzaville. Viaje maravilloso por la África más auténtica. Nos abrazamos, nos hicimos fotos, brindamos con cerveza y lanzamos unos cuantos Whatsapp's a los otros miembros de aquella aventura. Con Javi también recuperando el contacto con su amigo Andrés, amigo del Ramiro de Maeztu, al que no veía desde hacía años, disfrutamos de un rato sensacional. Todo ello ocurrió en San Vicente, ochenta kilómetros al sur de Ensenada.

Esta atractiva ciudad marcó el final del viaje. Nos alojamos en casa de Karina, quien nos invitó a langostas al estilo "Puerto Nuevo", con arroz y frijoles refritos, y además nos enseñó un par de sitios en Ensenada donde degustamos unos tacos deliciosos. Nuestro vehículo quedó guardado en el almacén de su hermano Mario, en Mexicali, desde donde volamos a Madrid. Gracias Karina, gracias Mario.

Navegando en busca de las ballenas nos encontramos con estas focas.

La carretera ha sido la protagonista de este viaje. Tanto a Javi como a mí nos gusta conducir, especialmente por carreteras estrechas, con curvas, con paisajes bonitos y, sobre todo, con muy poco tráfico.

Esto es lo que nos encontramos al regresar a Madrid, una tormenta espectacular, de nombre "Filomena", que mantiene colapsada la ciudad aún después de varios días de la tormenta, y además el Covid19 marcando cifras récord de contagios. La foto es de la azotea de nuestra casa.

Tres escenas de este viaje: 1ª en Ciudad Constitución. 2ª en Ensenada y tercera en Mexicali.



miércoles, 6 de enero de 2021

51 LOS CABOS

Nuestro hotel en Cabo San Lucas.

Hay dos localidades del sur de Baja California que capitalizan el grueso del turismo de la zona, son Cabo San Lucas y San José del Cabo. Comparten un único municipio bajo el nombre de "Los Cabos". Hay un aeropuerto internacional al que arriban miles y miles de turistas estadounidenses y canadienses. No podemos decir cómo estaba la zona en tiempos anteriores a la pandemia, pero ahora, durante las horas del atardecer, el paseo marítimo se llena a tope. El esquema es exactamente el mismo que se ve en la costa Azul, Marbella o Bali: marina, yates a tutiplén, algunos con helicóptero, tiendas caras, grandes y lujosos hoteles, restaurantes de todo tipo y múltiples modalidades para dilapidar el dinero como: motos acuáticas, paseos en lancha, pesca deportiva, avistamiento de ballenas, nadar junto al tiburón ballena, ....
Nosotros nos quedamos en un pequeño hotel en una zona nada turística de Cabo San Lucas. Justo enfrente había una carpintería. Teníamos una pequeña reparación pendiente en la furgoneta; colocar unos soportes para los cinturones de seguridad traseros. Para ello necesitábamos un taladro y una remachadora. Nos acercamos allí y nos recibió un señor mayor muy amable, resultando que tenía ambas herramientas. Nos dijo:
-No hace falta que traigan aquí el vehículo, llévense los útiles.
Nos quedamos trabajando un par de horas y el hombre apareció para comprobar que la máquina que nos había prestado tenía batería todavía. Se preocupaba por nuestro bienestar.
Acabamos la tarea y fuimos a devolver el taladro y la remachadora.
-Muchas gracias, ¿Cuánto le debemos?
-No, por favor, no me deben nada.
Le dimos las gracias con mucha efusión, le regalamos un paquete de frijoles refritos que teníamos por la "Hippie" y tras un rato de conversación contando las líneas generales de nuestro viaje, nos despedimos, y él nos dijo:
-Que Dios los acompañe.
Esa frase me dio un sentimiento intenso, me transportó a los saludos o despedidas que se acostumbraban en España hace lustros, palabras de afecto sincero que ya no se usan, muy a mi pesar.
Al día siguiente tuvimos más trabajo mecánico. Una de las luces traseras del freno no funcionaba. Cambiamos la bombilla por la que llevábamos de repuesto, y seguía sin funcionar. Tocaba revisar fusibles, cables, conectores, casquillo, ... Más de una hora de frustraciones. Al final acudimos de nuevo al abuelo y éste nos prestó un rudimentario "tester" que nos solucionó el rompecabezas. Pudimos comprobar que la corriente llegaba a donde tenía que llegar, lo cual significaba que nuestras dos bombillas estaban fundidas, aunque aparentemente los filamentos estaban bien ¡maldita ley de murphy!. Compramos una bombilla nueva en la tienda de repuestos de la esquina y, avería solucionada.
De nuevo charla, agradecimientos y despedida afectuosa con los carpinteros, padre e hijo, a la hora de devolver el útil. Da gusto encontrar gente así por el camino.

Gran despliegue para cambiar una bombilla del piloto trasero.
Jugando a las palas con Estrella, vendedora de alebrijes, figuritas de animales hechas de papel, cartón o madera, que acompañan a los muertos.

Monumento a Jacques Cousteau en el paseo marítimo de La Paz. Biólogo y oceanógrafo francés, realizó muchas expediciones en el Mar de Cortés.

Cartel para evitar estafas. Hay "listos" que intentan vender propiedades ajenas.

Atardecer en La Paz, capital de Baja California Sur


viernes, 1 de enero de 2021

50 LA PAZ

Primeros vestigios de la época colonial. San Ignacio.

Seguimos avanzando hacia el sur; carretera estrecha pero con buen asfalto. El kilometraje diario no suele superar los 200 Km, vamos parando en hostales, moteles y campings, algunos de estos últimos totalmente vacíos, apenas hay turismo, cosa que cambia al llegar a la parte meridional, a La Paz. A partir de la capital hay más establecimientos turísticos abiertos y más turistas norteamericanos.
Tuvimos un incidente en Santa Rosalía con la furgoneta. Como habíamos circulado en Guerrero Negro por zona de salinas, decidí lavar los bajos de la Hippie, el del "car wash" me indicó que subiera las ruedas delanteras en unas rampas de quita y pon a modo de borriquetas; el resultado fue que la borriqueta resbaló y al caer la rueda al suelo, los bajos de la furgo impactaron con la "rampa ortopédica" dando lugar a un abollón. Una cicatriz más en la lista de raspones, bollos y desconchones que adornan nuestro querido vehículo. ¡Grrrrrrr!

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De izquierda a derecha, Adolfo, su hijo Osmar, Javi, yo, Andrea, el otro hijo, Rodrigo y, en primer plano, la madre, Araceli. Andrea es la novia de Rodrigo. Todos en la casa que la familia tiene en La Paz, Baja California, sur.

Playa "El Sargento", en algunas partes brota agua caliente de entre las piedras.
Playa de "La Ventana". Esto es un nido de tortugas, el sitio donde la hembra ha puesto los huevos. Terreno protegido para que nadie, ni hombre ni animal, lo pise ni robe huevos.


Tras comernos las uvas de nochevieja pasamos un rato junto al fuego.

Este es el "Hotel California", el que inspiró la famosa canción de los "Eagles" (Eso dicen). Está en un pueblecito de Baja California llamado Todos Santos.